Por Niko Gadda Thompson
SAN FRANCISCO es una ciudad
pequeña comparada con NY o LA. Una ciudad alejada de Hollywood y Broadway. Una
city famosa por su innegable sensibilidad y valles siliconados. Especie de
“Rosario” americana (*) -ondulada, balnearia, pluricultural- no caben dudas, no
obstante, de su indiscutida relevancia mundial en materia de Street Art. Digan
lo que digan, aquí hay movida y de la buena.
Desde las gangs grafiteras de
chicanos “rojo-azules” de la 24 St. y sus alleys
(pasajes colindantes), similares a las más conocidas de LA (googlen los que no
saben de que hablo) con su tags legendarios en strips (secuencia) al mejor estilo graffiti hip hop (así los llama Jesús de Diego en su imprescindible
manuscrito escrito hace más de quince años), pasando por el muralismo más
tradicional a lo Rivera o Siqueiros (como el trabajo hecho en el “Edificio de
Mujeres” en el barrio The Mission, o la Balmy Alley completa, ya que estamos en
el ruedo) hasta el muralismo más “artie” del palo de los ilustradores y
diseñadores cuyo exponente más destacado se recorre en el Clarion Alley, entre
Valencia y Mission St.
El primer y último caso
conformarán los dos capítulos introductorios en esta serie de entregas que aquí
les vengo a regalar, la cual incluirá una extensa cobertura del Burning Man
2014 (mi bautismo en este festival imperdible), y algunas perlas extra del downtown y otros barrios más al norte de
la city.
A continuación, entonces, les
dejo la primera entrega de esta serie de “street manchas”, documentadas por un
servidor que se siente cada día más humilde a medida que se adentra en el
cosmos de… Las calles de San Francisco.
Con ustedes, la 24 St., entre
Valencia y Folsom.