Desde las trincheras de Los Tres Bufones:
Este es nuestro homenaje a Mariela Herlein, una vieja amiga (eso sí, aún es joven y muy bonita) que en algún momento de la semana decidió publicar una carta abierta expresando sus más profundos sentimientos a partir de lo que está sucediendo con la epidemia actual de la gripe porcina sumada a todo el bardo local y mundial en general que nuestro loco mundo enfrenta día a día.
Para mí su carta ha sido como un tremendo rugido de dolor y frustración. Con una pureza despojada de formalismos diplomáticos y demás mariconadas, me ha desgarrado un buen pedazo del alma sabiendo, como sé, que viene de una chica hipersensible y creativa, atragantada de pasión por las artes, la educación, la justicia, la libertad y -qué joderse- la vida misma.
Afortunadamente para todos los que nos identificamos con sus palabras, también se vislumbra –aunque la autora parece no estar muy segura de quererlo mostrar- la esperanza crónica de quién no puede evitar creer en esos “otros” que siempre están presentes y son parte de uno mismo.
Sin más, los dejo con este terrible y a la vez hermoso rugido.
Salud y mucho amor, Niko G. T.
(4 de julio del 09)
Mail de Marie:
Ojalá con este virusito se muera más de un dirigente político nacional y/o internacional que tengo en mente…
Yo le deseo la muerte a quien haya tenido la mala idea de jugar así con todo esto.
Y si le deseo la muerte a alguien, es porque yo no le temo a la muerte… No me parece algo malo, me parece natural y a veces necesaria.
El tema es que quiero sentir la LIBERTAD de elegir cómo morirme: LIBRE.
Queridos artistas, queridos maestros, queridos estudiantes, queridos laburadores de la educación toda, y de la verdadera cultura toda, de la reunión, de la defensa del ser un poco más humano, queridos amigos, queridos colegas, queridos compañeros de la vida, ¿alguno de ustedes ha sentido impotencia, miedo, bronca, humillación, injusticia, desamparo, incertidumbre, desconcierto, en las últimas horas…?
Si tengo que acatar las medidas siento que de un día para el otro hemos pasado todos nosotros a ser parte del grupo de los humillados, los desprotegidos, los invisibles, los obstruidos, los inconvenientes, los manipulados, (pronto los irresponsables), los “desafortunados”, los pobrecitos, todos esos por los cuales nunca supimos reaccionar.
Sí, los de nuestra era, los de nuestra época. Esos que ves tirados a tus pies con frío y con hambre a la vista. No es una película lo que ves. La gente se muere injustamente hace rato y mucha. Peor que por Gripe A. Así que ahora nos podemos morir también nosotros, claramente. Y bueno. ¿Qué vamos a salir a gritar ahora? ¿“Qué se vayan todos”? ¿Por qué siempre dependemos de la voluntad ajena? ¿Porque habrían de irse ellos a dónde? ¿Por qué nosotros no nos ubicamos donde queremos y listo? Pasa que claro, solitos no podemos… Y no… ¡tenemos que ser un montón!
¿Por qué no podemos tomar o dar una clase, o dar una función o tocar, por motivos de contagio y muerte, de un día para el otro? ¿Por qué seguimos tomando el subte para ir a trabajar, entonces? ¿Por qué se deja pasar tanta droga de mierda? ¿Para que realmente no pensemos más? ¿Por qué vamos a votar igual? ¿Cómo puedo sentir que el voto es algo digno si a mi hermano del norte le están dando una frazada a cambio de un voto más obligado que obligatorio? Un asco de “democracia”. Todo.
Aprovecho para decir que esta parte de la sociedad a la cual pertenezco, y creo que ustedes también, me parece la mas estúpida de todas, porque nunca reaccionamos por nada.
Comunico que uso este medio porque viendo que oficialmente el hambriento es un delincuente, viendo que oficialmente de repente no puedo hacer función (soy “intérprete”), ni dar clase, ni tomarla, tampoco según lo que acontece sé si puedo viajar, ensayar, convocar, festejar, reunirme, andar en subte, en tren, en bici, caminar por ahí, y siendo que van a tirar un par de virus más seguramente, y siendo que no falta mucho para que nos digan que el agua que sale por la canilla ya no sirve porque le pusieron ácido no sé qué, ni tampoco mucho más para que me cobren el aire que respiro porque alguna nave yanqui se tiró un pedo cerca de Latinoamérica que la cagó mal; todo eso si es que sigo adaptándome a SUS modos de manejar el mundo, y SUS modos de vivir la vida…
Porque vaya si ya nos acostumbramos a vivir en la amnesia colectiva, la indiferencia social, y hasta pedimos que nos dirija la ultraderecha, y ahora este virus, y vendrán un par más… ¿alguien lo duda? La impunidad y no reparación de ciertos hechos tiene sus consecuencias: la cagada se vuelve no sólo repetible sino agravante. Así que no sé bien qué es lo que nos sorprende al sentirnos así. No sé si ya nos han hecho creer que vivimos en una peli, pues aún no reaccionamos. Vemos todo por una ventana, bien cuadradita, y poco nos afecta.
Uso este medio porque no me creo el cuento de encerrarse a base de Tele e Internet, ni por un día, y porque creo que a Internet y la Tele le queda menos vida que a mí misma. Por lo tanto aprovecho la última recta en la carrera del “progreso”, porque evidentemente están por saltar los tapones y no hay térmica que aguante. Así que como no sé cuanto más me dura este aparato de mierda ni su utilidad, siendo que incluso ya manipulan mi agenda, tiro el mensaje a ver que hay del otro lado. Porque hace 3 décadas nomás la clase dirigente era capaz de fusilar a un grupo de jóvenes con sus hijos bebés porque editaban e imprimían revistas con ideas diferentes a las suyas en el fondo de su casa. Mira todo lo que puede decir uno ahora. Un poco sacuendiendo esta laptop pa q funke, en un locu cualquiera, como si doblara una antena y pudiera compartirles queriendo también escucharlos, apretando un maldito botón. Sin embargo es tanta la invasión de información que hemos quedado prácticamente incomunicados, individualistas y por tanto débiles e impotentes. La gente ni leerá este mail.
Pero yo necesito compartirles urgentemente esto. Que sea la voluntad de la Pacha. Porque creo que yo soy vos y vos sos yo.
Lamento estas muertes de “porcina” como muchas otras de todos los muchos otros años que pasaron y todas las que vendrán, y lamento el estrés por el cual están pasando sobre todo todos los médicos y enfermeros y también todos, todos nosotros.
Pero sigamos votando, total si ellos se tienen que ORGANIZAR EL PODER nosotros nos sacamos una foto, damos un numerito, hacemos cola, tratamos de no contagiarnos, o ni nos enteramos hasta que tengan su maldito resultado, para que ellos después nos gobiernen y decidan TODO. No menosprecio la democracia. Porque obviamente no prefiero la dictadura. Fui a votar temprano no por mí, sino por respeto a aquel que quiso y no pudo, y luego hice un largo ritual donde pedí por la salud física, emocional y mental de todos, como muchos habrán hecho, porque todo me parece un nefasto delirio. Yo no viví la dictadura, nací en ella y viví la democracia mentirosa. Así como no conozco la tortura ni la persecución, tampoco conozco ninguna justicia social y menos una peronista. No puedo creer más. No creo en Boca-River. En blanco o negro. En Federales o Unitarios. Ni en peronistas de primera o de cuarta. Simplemente ya no creo ni en esto ni el lo otro. No existen “maradonistas”. Existe el Diego. Se morirá, y con él, su juego. Semejante comparación sólo porque se me ocurre queda así implícito que los hechos son sólo de quien los hace. Por eso “hay que hacerse cargo”. En vida. Generar ideas nuevas. Hacer OTRA cosa. Porque aquí vinimos todos a hacer y decir algo nuevo, no a repetir frases.
Simplemente creo en mí. En vos y en mí. Y en los colores de todos nosotros juntos.
Como muchos, deseo que nos dejen en paz. A muchos jóvenes como yo un espacio para crecer nos cuesta cada vez más. Mientras nos atormenta la injusticia total de todo. Mientras nos quieren hacer creer en la vida de las drogas, el despilfarro, y la indiferencia del materialismo total. Todo mezclado con el miedo, la “seguridad”, y la reputísima incoherencia de quienes nos conducen ciegos y sordos por caminos sin retorno.
Y vemos en los ojos de nuestros nuevos hijos sed de paz, libertad y alegría muy concretas.
Porque deseo que nos resistamos al encierro, y a la falta de reunión, convoco a todos ustedes a hacer donde quiera que estén lo que sabemos y amamos hacer -con permiso o sin él- aunque se cierren las escuelas, los teatros, las salas, los bares, las casas, aunque tantas plazas ya estén enrejadas; porque en momentos cruciales si alguien se atreve a tocarnos el derecho a educarnos, a manifestarnos, a reunirnos, y a relacionarnos por miedo a morir, estamos más fritos que papa de Mac Mierda.
No creo en este mismo sistema de información que hoy me paranoikea y mañana me ocultará algo mas grave… ¿y el dengue? ¿Qué pasó? ¿Y el hambre? ¿Y de gripe común cuántos se mueren? ¿Y qué le ponen a los cultivos últimamente? ¿Sabemos lo que comemos? ¿Y la policía y sus “operativos”? ¿Se han transformado en una serie de superhéroes aplaudibles? ¡Pero la re puta madre! ¿Qué película estamos mirando? No desmiento el virus. Me parece hace rato ya jugamos al zapping con la realidad. ¿Me pregunto por qué mejor no me cuentan cómo nace este virus? ¿Quién inventó la vacuna que ahora la va a vender? En lugar de mostrarme un cuadrito con dibujos, que dice siempre lo mismo, como si uno fuera un niño. ¿Será la misma empresa que rescata la crisis económica de no sé qué país…? Y todo, para qué nombrarlo tooooodo? Vos ya sabés...
¿Dónde está la vida real, la que ama la vida?
Para quien nos escribe el guión a todos, (o vaya a saber si incluso toma semejantes decisiones): ¿Lo de la muerte de Michael Jackson fue para que recordemos que “los ídolos usan barbijo”…?
Perdón, Michael, un chiste…
No sos más grosso que Atahualpa Yupanqui… Es con sus dedos en la guitarra y con su guitarra en mis oídos que escribo todo esto.
Que me venga a buscar la muerte, yo no pienso encerrarme voluntariamente. Ni por un mes ni por una semana. Y juro con gloria morir, pero con una bandera de muchos colores nuevos y en paz.
Yo. Que no soy nada sin vos.
Mail de Niko:
¡Grossa, Marie! Grossa de verdad. Tus palabras son mis palabras. Tus temores y broncas también. Estamos todos hartos de estarlo, ¿no es así? Cada vez más temerosos, cada vez más confundidos... La realidad nos abruma más que nunca, y el círculo vicioso se cierra con la inacción, esa cristalización de nuestros músculos y nuestras mentes, abombados como estamos de sucesos caóticos y deprimentes.
Y aun así mantengo la esperanza, la "ridícula" sensación de que las generaciones que se vienen sublimarán sus idioteces con actitudes menos ofensivas para el bien común. Llamame ingenuo si queres, pero presiento que este hartazgo emocional se está traduciendo en un lento pero contundente cambio de conciencia en nuestra juventud -tan poco considerada por los cínicos, cobardes y resignados de nuestra sociedad- producto de esa misma saturación de la información, y de las experiencias vacías de verdadero contenido, que si algo nos dejan en claro es lo ilógico de nuestras metas consumistas, compulsivas y frenéticas. Éstas responden a una desesperación que es histérica y pasiva al mismo tiempo, pues aún vemos lejana una salida. Y eso aterra, paraliza.
Creo que la sociedad está, más o menos conscientemente, buscando una sobredosis existencial; ese látigo vivencial que nos despierte de nuestra locura y nos guíe a una mayor espiritualidad, o nos destruya en el intento. Pues primero tenemos que sobre-vivir a la sobre-dosis, ¿verdad que sí? Así de idiotas somos los humanos. Y si no, mira a los chinos, que se han puesto al día en menos de treinta años...
De más está decir que todo lo que aquí he dicho me resulta parcial, incompleto, tan claramente escaso. Imagino al mundo entero, al mundo real, al mundo que sufre más allá de mi mundo, riéndose con sorna de mis inútiles pensamientos. En fin, a la final solo sabemos que nada sabemos; ya lo decían 2000 años atrás.
Te mando un beso enorme y dejame agregar que te siento más cerca que nunca.
¡Mi filosofa vecina, mi talentosa ninfa del amor y la verdad!
Cuidate mucho, Niko
Respuesta de Marie:
Hermoso como dices lo que dices
pues en hablar de la verdad esta tan bien la belleza del hombre
yo lucho por esa, y somos un montón evidentemente
esa Nico.
Si tengo que atarme con los míos a un buque que se hunde o de lo contrario me aíslan y me dejan sola y dominada,
yo elijo hundirme, cantando todos juntos. O que me quemen.
Siento que compartir lo que hago, ya ni por plata ya ni por placer,
una función para mi es a partir de ahora una responsabilidad de darle a la gente la alegría que se merece por vivir.
Así es, el pobre de hambre tiene un motivo para reírse de todos nosotros. Aunque lloremos.
Nos vemos en alguna juntata, Marie.
Respuesta final de Niko:
Así sea, mi bella ninfa.
Espero no te moleste que cite tus palabras en alguno de mis correos grupales. Me has hecho reír y me has hecho llorar. Quisiera compartirlo.
Te mando un beso enorme, Niko
Respuesta final de Marie:
NINGUN LIBRE ALBEDRIO ME PUEDE MOLESTAR
¡ABRAZO GIGANTE!
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